¿No sabes con qué alimentar a tus tomates para que tus vecinos no se rían de tu cosecha?
Deje de elegir la levadura. La alimentación natural ayudará a que sus tomates se vuelvan sabrosos y jugosos, y la cosecha será excepcionalmente abundante.
Los tomates necesitan ser alimentados constantemente tanto durante la temporada de crecimiento como durante el cuajado.
Alimente las plantas de tres a cuatro veces por temporada y deje de alimentarlas si los tomates comienzan a engordar.
Los tomates se alimentan con mayor frecuencia con fertilizantes minerales y orgánicos. La levadura no reemplazará completamente a los fertilizantes, pero sigue siendo una excelente adición a ellos.
Se disuelven 100 g de levadura seca en 1 litro de agua y después de unas horas se diluye con agua limpia hasta 9 litros.
El riego se realiza desde la raíz durante el período de cuajado, pero es mejor utilizar dicho fertilizante durante la temporada de crecimiento.
Un abono sencillo y eficaz ayudará a que los tomates no dejen de crecer. La duración de la alimentación tiene un efecto beneficioso sobre el desarrollo y la fructificación de las plantas.