Cuando el rendimiento del manzano disminuye, los jardineros deciden que el árbol está cansado o que el año ha sido de mala suerte. Pero lo más frecuente es que la respuesta esté en la superficie, o mejor dicho, debajo de ella, en el suelo.
El manzano, como otros cultivos frutales, simplemente no tiene la fuerza suficiente para dar frutos abundantes y coloridos cada año. Y no hay otras explicaciones.
Para comenzar a cuidar adecuadamente los árboles frutales, es necesario memorizar, además de las reglas de poda, las reglas de fertilización.
Lo más importante en este caso es la primera porción de fertilizante. Esto se aplica a todos los árboles frutales: manzanos, cerezos y perales.
La aplicación inoportuna de fertilizantes conduce a una disminución del rendimiento, cualitativa y cuantitativamente.
A principios de la primavera, el manzano, como todas las frutas de pepita y de hueso, necesita minerales simples.
No se pueden retrasar los plazos. Es necesario empezar a cuidar el árbol tan pronto como la nieve comience a derretirse, y el abono se aplica a partir de los primeros diez días de marzo.
Asegúrese de agregar compuestos que contengan nitrógeno en grandes cantidades en este momento. Sin él, el crecimiento de brotes y ovarios en los árboles frutales no se desarrollará bien en el futuro.
El consumo de fertilizantes es el siguiente: para un árbol joven - 40 gramos de fertilizante, para adultos y árboles frutales - 120 gramos.
Si todavía hay nieve en el jardín, la limpian, aplican fertilizante y luego cubren todo con nieve.
Junto con el agua derretida, los minerales entrarán al suelo y proporcionarán nutrición.