Para mejorar la calidad y cantidad de la cosecha, los residentes de verano recortan periódicamente el exceso de bigote en las fresas y las fresas silvestres, si no es necesario obtener un nuevo brote.
De las uvas también brotan brotes similares, y un jardinero inexperto no puede evitar alcanzar una podadora para eliminar estos brotes.
Intentemos averiguar qué hacer con estos brotes y si quienes los eliminan están haciendo lo correcto.
Son brotes laterales que aparecen y crecen a partir de una yema ubicada en el sitio de donde crece la hoja.
Para evitar que las plantaciones se espesen, los residentes de verano simplemente las arrancan o recortan, y a veces incluso el exceso de hojas, alegando que no habrá daño a los brotes ni a la cosecha futura. En este caso, los beneficios de la poda son evidentes.
Pero con bigote no es tan sencillo. Con la ayuda de estos brotes, la vid se fija a un soporte, gracias al cual crece hacia arriba y no se extiende por el suelo.
Los defensores de la poda argumentan que los zarcillos también eliminan nutrientes que podrían beneficiar cultivos futuros.
Pero la experiencia y la práctica demuestran que quitarse estos bigotes no aporta ningún beneficio práctico. Gracias a ellos, el arbusto no se vuelve más denso, la iluminación y la ventilación no se deterioran, pero se reduce la capacidad de la vid para encontrar apoyo.
Esto definitivamente no cambiará el sabor de las bayas, pero para cortar todo el bigote tendrás que dedicar más de una hora de tu precioso tiempo.