Los esquejes de uva son un método de propagación sencillo en el que se forma una nueva planta a partir de parte del brote madre.
Los jardineros toman esquejes de uvas en primavera y otoño. En el primer caso se trata de brotes verdes, y en el segundo, lignificados.
El tipo de invierno que fue y cómo sobrevivieron las uvas juega un papel importante. Si los esquejes tienen cogollos dañados por las heladas, los brotes no se desarrollarán.
Se deben cortar en marzo a temperaturas superiores a cero, antes de que comience a fluir la savia. Los esquejes se toman de las partes inferior y media de brotes anuales bien maduros.
El grosor de los esquejes debe ser de al menos 0,8 cm. Pero esta regla no se aplica a variedades con enredaderas delgadas.
La forma más sencilla de hacer brotar es utilizar agua. Vierta 2-3 cm de líquido en un frasco transparente y coloque el recipiente en un alféizar cálido. El agua se cambia cada 2-3 días. Se necesitarán entre 2 y 3 semanas para expulsar las raíces.