Los jardineros elogian el amoníaco por su capacidad para proteger a las plantas de plagas y enfermedades.
Regar las camas con una solución de amoníaco ayudará a que las plantas crezcan rápidamente; puede usarse como fertilizante adicional.
Los jardineros alimentan con amoníaco no solo las cebollas, sino también otros cultivos de hortalizas, así como árboles y arbustos.
Una solución acuosa de amoníaco repelerá de las plantaciones a los insectos sensibles a sus vapores.
Utilice amoníaco cuando no tenga a mano ningún fertilizante o producto para el control de plagas.
Si has visto que las plumas de la cebolla se han vuelto pálidas y ha aparecido un tinte amarillento, entonces el amoníaco te ayudará.
Las plumas pálidas de la cebolla indican una falta de nitrógeno en el suelo. Tomar tres cucharadas de amoniaco y diluir en 10 litros de agua.
Riegue las camas con la solución resultante, tratando las plantas desde las raíces. Organice el riego por la noche, cuando no hay rayos de sol abrasadores.
La siguiente fertilización ayudará a proteger las plantas de las plagas: cinco cucharadas de amoníaco por cada 10 litros de agua.