Cualquier residente de verano sueña con encontrar una manera de alimentar el cultivo del jardín y protegerlo de enfermedades al mismo tiempo.
Además, es deseable que el proceso no requiera mucho tiempo y esfuerzo.
Por extraño que parezca, existe un medio para lograr un resultado tan ideal.
Basta con mirar en el botiquín de primeros auxilios. Seguramente dentro habrá una botella con un medicamento que salva las plantas.
Una solución de yodo vendrá al rescate. Se deben añadir cuatro gotas de este producto en un balde lleno de agua.
Después de eso, el contenido del recipiente debe mezclarse bien. El resultado será un producto que deberá regarse periódicamente a los tomates.
Cada arbusto no debe tener más de dos litros de la mezcla terminada.
Es recomendable regar no más de dos veces al mes. Además, el intervalo de tiempo entre procedimientos debe ser de al menos 10 días.
El uso de esta solución ayuda a lograr dos resultados positivos a la vez.
En primer lugar, el yodo actúa como fertilizante para los tomates. Por lo tanto, el cultivo del jardín comienza a mostrar un crecimiento más rápido y una fructificación acelerada.
En segundo lugar, el yodo es un agente protector. Es poco probable que los tomates encuentren plagas, microorganismos peligrosos y enfermedades graves.