Disponer verduras y flores en un mismo parterre es una estrategia elegida por muchos jardineros experimentados.
La presencia de hermosos "vecinos" en tomates, pepinos y otros cultivos hortícolas da dos resultados positivos a la vez.
En primer lugar, la zona suburbana adquiere un aspecto más interesante. En segundo lugar, las posibilidades de obtener una abundante cosecha de hortalizas aumentan significativamente.
Pero veamos cada una de estas agradables consecuencias por separado.
Gracias a las flores, los parterres empezarán a lucir más bonitos.
El sitio adquirirá un aspecto original que atraerá tanto al residente de verano como a sus invitados.
Las flores ubicadas junto a las hortalizas contribuyen indirectamente a aumentar el rendimiento de los principales cultivos hortícolas.
Este fenómeno se explica de la siguiente manera: las hermosas plantas “espantan” las plagas.
Se trata de un aroma brillante que los insectos peligrosos no soportan. Como resultado, los "invitados" no invitados intentan no aparecer en los parterres del jardín.
Así, las hortalizas adquieren protección contra plagas y enfermedades peligrosas. Las posibilidades de una buena cosecha aumentan.
Vale la pena señalar que la caléndula y la capuchina se ven mejor como "defensores".