¿Cómo salvar una orquídea? Presta atención a algunos pequeños detalles y tus plantas florecerán como nunca antes

19.02.2023 03:30
Actualizado: 14.04.2023 04:01

La orquídea es considerada la reina de todas las flores. Pero si no se cuida adecuadamente, puede provocar graves problemas. Pero no desesperes, la planta aún se puede salvar.

La orquídea es una planta perenne con flores y hojas perennes que disfruta del calor y la humedad. Se puede cultivar en macetas, como planta de interior o en jardineras.

Existen diversas especies, pero la más famosa es la orquídea Phalaenopsis, también conocida como orquídea mariposa. Esta planta es fácil de cuidar, pero puede marchitarse si no se le dan las condiciones adecuadas. Descubre cómo guardarlo en 5 pasos.

Cómo salvar una orquídea moribunda

Para cuidar una orquídea y mantenerla en buen estado, es necesario conocer las condiciones en las que se cultiva. A veces, demasiada o muy poca agua puede ser fatal para una planta. Sin embargo, debes saber que una orquídea moribunda se puede salvar. Siguiendo estos pasos podrás preparar la planta para que vuelva a florecer y así pueda decorar tu hogar con sus hermosas flores.

Es importante examinar cuidadosamente la planta para cuidarla adecuadamente. Esto le ayudará a identificar la causa del marchitamiento de la planta y determinar si está muriendo o simplemente inactiva. Si las hojas se caen, esto no significa que la orquídea haya muerto, está en un período de inactividad.

Orquídea
Foto: © Belnovosti

Si las hojas son amarillas, entonces la planta sufre una enfermedad, y si son de color verde oscuro, entonces la planta sufre de falta de luz.

Se puede saber que una orquídea está muriendo por sus hojas secas y sus raíces suaves, marrones o incluso negras. El principal motivo de la muerte de las orquídeas es el exceso de agua, que provoca su pudrición. Sin embargo, la planta se puede salvar si todavía tiene raíces aéreas sanas.

Limpiar las raíces de las orquídeas.

Para limpiar las raíces de la planta, es importante sacarla con cuidado de la maceta. Luego retire los restos de tierra adheridos a ellos. Podría ser mantillo, musgo o corteza utilizados en la tierra para macetas. Después de esto, enjuaga las raíces con agua para eliminar la suciedad que se haya depositado en ellas.

Recorta las raíces muertas

Con unas tijeras desinfectadas, corte las raíces que parezcan sin vida, blandas, marrones o negras. Deje sólo las raíces verdes o las que tengan puntas verdes. Si la podredumbre también ha afectado al tallo, córtalo justo debajo de las hojas y retira las hojas y pétalos secos o dañados.

Mueve tu orquídea

El trasplante permite dar a la planta un nuevo sustrato y, por tanto, un aporte adicional de nutrientes para ayudar a que la orquídea vuelva a florecer. Elige una maceta de plástico transparente para que puedas comprobar periódicamente la salud de las raíces.

Lo mejor es utilizar trozos de corteza o musgo sphagnum como tierra para macetas. También considere colocar bolas de arcilla en el fondo de la maceta para ayudar al drenaje. Asegúrese de regar ligeramente la planta trasplantada para humedecer el suelo.

Proporcionar el entorno de vida adecuado

Coloque la orquídea en un lugar luminoso, pero no la exponga a la luz solar directa. Esto puede quemar las hojas de la planta, así que elige sombra parcial. Como no son muy resistentes, también necesitan calor.

Mantenlos entre 18 y 21°C, alejados de corrientes de aire y fuentes de calor como radiadores, que resecan el aire.

Las orquídeas aprecian la humedad, por lo que conviene regarlas con agua sin calcio, como la de lluvia, y a temperatura ambiente para evitar el choque térmico, que daña el sistema radicular de la planta.

También riega las hojas de la orquídea periódicamente y no dejes agua en un platillo o maceta. Tenga cuidado de proteger sus orquídeas de plagas como pulgones y moscas.

Autor: Igor Zur editor de recursos de internet

Contenido
  1. Cómo salvar una orquídea moribunda
  2. Limpiar las raíces de las orquídeas.
  3. Recorta las raíces muertas
  4. Mueve tu orquídea
  5. Proporcionar el entorno de vida adecuado