Para solucionar este problema de una vez por todas, es necesario formarse una idea correcta de la situación.
Los brotes se originan a partir de las raíces maternas. Simplemente no notar los árboles jóvenes también está mal: les quitarán algunos de los nutrientes, lo que afectará la cosecha.
Este es un momento decisivo. El problema ni siquiera es que la ciruela ocupe parte del espacio libre, convirtiendo la zona en un matorral intransitable.
Al crecer desde las raíces del árbol, los brotes le quitarán algo de fuerza y nutrición, por lo que el rendimiento disminuirá.
El método de corte, popular entre los veraneantes, es sencillo, pero no resuelve el problema. Desenterrar las raíces y eliminar el crecimiento que ha surgido en ellas tampoco resiste las críticas.
En primer lugar, tendrás que cavar entre 35 y 40 cm de profundidad en cada brote.
Y en segundo lugar, nadie garantiza que en unos meses aparecerán plántulas, pero en otro lugar.
Existe un método probado por los jardineros. Requerirá algo de trabajo, pero esto puede resolver el problema durante varios años. Para hacer esto, aproximadamente a 50 cm del tronco del árbol y a lo largo del radio de la copa, es necesario quitar la capa superior de tierra. Si hay crecimiento, es necesario eliminarlo.
Luego, el suelo de esta zona se cubre con varias capas de cartón, se vierte con agua, se compacta, se cubre con una película oscura o agrofibra y se rocía con arena y tierra.
Puede colocar una capa de césped quitada encima o plantar flores. En los próximos años no aparecerán brotes de ciruela en este lugar.