Cualquier veraneante sabe que la base de una buena cosecha es la fertilidad de la tierra.
Pero eso no es todo. Si hablamos de cerezas, cabe señalar que en este caso la acidez del suelo y la presencia de calcio en él son de gran importancia para una cosecha abundante.
Si el suelo es ácido, el árbol no podrá absorber suficiente calcio, que es la base de la semilla de cada baya.
¿Vale la pena seguir explicando por qué la cosecha en tal situación será mala?
Para evitar problemas de este tipo, desoxide el suelo una vez cada dos años. Para hacer esto, deberá agregar de 6 a 7 tazas de harina de dolomita debajo de cada árbol adulto.
Para empezar, afloje la tierra hasta una profundidad de unos 5-7 cm y luego simplemente extienda la dolomita.
Alimentar con ceniza durante toda la temporada tampoco hará daño: cada mes de verano agregue 3 tazas de residuos de leña debajo de las cerezas.
Con la llegada del otoño, no olvides aportar calcio al árbol. Para esto, las cáscaras de huevo molidas son adecuadas: de 7 a 10 cucharadas por cereza.
Además, los jardineros recomiendan rociar con cal pelusa durante el período de maduración de las bayas. Para preparar la solución será necesario diluir 5 cucharadas en 10 litros de agua.