Los sírfidos, los ácaros de las raíces y las moscas son algunas de las principales plagas que pueden estropear la cosecha de cebolla.
Para no molestarse por una mala cosecha, es necesario evitar que la mosca de la cebolla campe a sus anchas por la zona.
Externamente, la mosca de la cebolla es similar a la mosca doméstica y a la mosca de la col, pero es un poco más grande. Las hembras ponen huevos en mayo, colocándolos debajo de terrones de tierra o entre hojas.
Las larvas dañan los bulbos, que posteriormente se pudren. Las hojas se marchitan y se vuelven amarillas.
Pero el problema es que durante la temporada logran desarrollarse dos generaciones de moscas de la cebolla. La segunda ola ataca los bulbos en julio y agosto.
Los residentes de verano experimentados recomiendan plantar cebollas temprano. Ideal si la zona es turbera. Es necesario inspeccionar las plantas de vez en cuando.
Cuando aparecen signos característicos, las plantas y larvas afectadas deben retirarse del jardín lo antes posible.
El suelo se riega con una solución de clorofos al 0,2%. Sin embargo, el producto se puede utilizar al menos tres semanas antes de utilizar cebollas.