El ajo es un cultivo delicado que, según los jardineros, puede crecer sin cuidados adicionales.
Sin embargo, una cosecha así no siempre le agradará con su calidad y volumen. Para que las cabezas sean grandes y jugosas, deberá organizar adecuadamente la alimentación.
Durante el período de crecimiento y desarrollo, desde la siembra hasta la formación de las cabezas, el ajo necesita nutrición.
Cualquier fertilizante debe aplicarse de manera oportuna y en la cantidad requerida, de lo contrario puede dañar las plantas.
Se pone especial énfasis en la alimentación de primavera, porque es en este momento cuando se coloca la futura cosecha.
Para preparar el complemento nutricional se disuelven 100 g de levadura cruda en un balde de agua tibia. Deja reposar la solución durante 24 horas, luego cuela por un colador o gasa y ya puedes regar: 5 litros por 1,5 m2.
Se utiliza para la alimentación foliar y radicular de plantas y flores. Se mezcla una solución acuosa de amoníaco con agua a razón de 10-12 ml por 5 litros de agua.
La solución preparada se rocía sobre la parte superior contra plagas y enfermedades.
Para una mayor pegajosidad, agregue un poco de jabón para lavar a la solución terminada. El tratamiento se realiza no más de una vez cada 7 días.