Las enfermedades de las plantas cultivadas decepcionan a los jardineros no menos que sus propias dolencias.
Se cree que, además de los tomates y las patatas, los pepinos también son susceptibles a diversas enfermedades. Lo peor es que algunas enfermedades no se notan en las primeras etapas.
Averigüemos qué nos impide cultivar plantas sanas y por qué se enferman los pepinos.
La razón es que a la planta le encanta el suelo húmedo y ella misma contiene mucha humedad en los tallos y frutos.
En tal situación, cualquier daño a la parte aérea representa una amenaza de propagación de microorganismos patógenos.
Pero es difícil. Mucho más a menudo sucede que las condiciones para la propagación de patógenos son creadas por el jardinero o el clima.
1. La humedad excesiva del aire y del suelo, que puede deberse a lluvias intensas, riego inadecuado, niebla o rocío, puede dañar los pepinos.
2. Debido a las fluctuaciones de temperatura, cuando los días cálidos dan paso a noches frescas, es posible que los pepinos tampoco estén contentos.
3. Al elegir el lugar equivocado para plantar o ignorar los consejos sobre cómo organizar el drenaje en las crestas, un residente de verano puede provocar un estancamiento de la humedad.
4. No menos peligrosa para los pepinos es la falta de ventilación normal en invernaderos o invernaderos.
5. Y el error más común que cometen los jardineros es regar los pepinos con agua fría.
En tales casos, la cladosporiosis, la podredumbre radicular y gris (blanca), el mildiú polvoriento, el marchitamiento por fusarium, la antracnosis y otras enfermedades no tardarán en llegar.
Los pepinos se pueden proteger con fungicidas, así como con preparaciones de origen biológico. Es mejor no tratar las plantas con remedios caseros, sino utilizarlas con fines preventivos.