Ficus es una planta caprichosa que requiere mucha atención.
Si no se siguen las reglas de cuidado, en lugar de un ficus exuberante con una hermosa corona, en la maceta se asentará un tallo raído con hojas escasas.
Incluso un jardinero novato puede cultivar ficus. Pero es importante asegurar el riego oportuno de la planta.
Es hora de regar la planta cuando la tierra de la maceta se haya secado hasta unos 2-3 cm de profundidad. Los ficus jóvenes se riegan con más frecuencia, cuando la capa superior se ha secado.
La planta se puede regar con agua del grifo a temperatura ambiente si ha estado reposando varios días para que se asienten todas las impurezas.
En primavera, los ficus necesitan riego regular. Sin embargo, no hay que esforzarse demasiado en humedecer la tierra: 2 riegos cada 7 días son suficientes.
En verano se añade al agua de riego materia orgánica o abonos minerales y se alimenta la planta cada 14 días.
Para que los ficus comiencen a ramificarse y producir brotes laterales, será necesaria una poda regular.