El control de malezas ocupa un capítulo aparte en la descripción de la vida en el campo.
Es difícil estimar cuánto esfuerzo dedican los jardineros a limpiar sus parcelas de césped.
Pero después de una fuerte lluvia o una larga ausencia de la casa de campo, el jardín vuelve a estar cubierto de masa verde.
Algunos jardineros resuelven el problema no arrancando el césped de forma monótona cada pocas semanas. Tienen un método más racional a su disposición.
Hay flores perennes que desempeñan una especie de función de escudo. Evitan que las malas hierbas se apoderen de nuevos territorios.
El sistema de raíces de estas plantas está diseñado de tal manera que ni una sola mala hierba puede atravesarlo. Los tallos y el follaje extensos bloquean el camino de la luz. En tales condiciones, las malas hierbas simplemente no tienen ninguna posibilidad.
Las plantas auxiliares son el astilbe y las peonías. Decorarán la zona y evitarán que las malas hierbas se acerquen a los parterres.
También se plantan flores a lo largo de la valla, donde normalmente no se cultivan plantas.