La orquídea es una belleza exótica que prospera en el alféizar de nuestra ventana. Pero es una planta muy caprichosa y requiere muchos cuidados.
Puede haber dos motivos para el color amarillento de las hojas de las orquídeas: el envejecimiento natural de la flor o una enfermedad grave.
Este es el comienzo natural de la muerte de las hojas viejas y amarillentas de las plantas. Este proceso comienza con la fila inferior de hojas y el resto permanece verde.
Por lo general, los siguientes híbridos populares sufren de esto: phalaenopsis, Cattleya, Dendrobium, Paphiopedilum.
Algunos tipos de estas plantas pueden reemplazar las hojas por completo o desprenderse de ellas en cualquier época del año, y algunas variedades se renuevan cada 1,5 años. Este proceso puede tardar varias semanas o meses.
Por tanto, no tiene sentido preocuparse por esto. Una vez que la hoja esté completamente seca, solo entonces se debe retirar.
A veces, las hojas amarillentas de una planta indican una enfermedad. Especialmente cuando las hojas jóvenes comienzan a ponerse amarillas o la planta generalmente las cae.
La razón de esto puede ser la infección de la planta con podredumbre, que aparece cuando la flor no se cuida adecuadamente.
Se trata de riego excesivo, daño por hongos o bacterias patógenas, iluminación insuficiente, sustrato muy viejo, exceso de nutrientes y otros motivos. Un signo característico de esta enfermedad puede ser no solo las hojas amarillas, sino también los bordes rizados, las manchas marrones, la pudrición y la muerte del tronco.
Una enfermedad reconocida a tiempo debe ser eliminada inmediatamente.
Por lo tanto, se retira el tallo de la flor del recipiente y se sumergen con sus raíces en agua tibia y limpia. A continuación, después de examinar las raíces, retire las partes oscuras, podridas, dañadas, marchitas y secas de la planta con podadoras desinfectadas. El siguiente paso es lavarlo con una solución de Fundazol u otro preparado fungicida.
Los cortes se tratan con carbón activado en polvo, hierbas farmacéuticas o canela molida en polvo y la planta se trasplanta a una maceta nueva con sustrato fresco.
Una causa común de pudrición de las plantas es el encharcamiento del sustrato. Es necesario regar según la estación y las fases de crecimiento y latencia.
Compruebe sistemáticamente la sequedad del sustrato sumergiendo en él un palo de madera o un indicador especial. Si permanece húmeda durante dos días puede indicar un riego muy excesivo.
Para que la planta esté siempre sana y agradable a la vista con su exuberante floración, es necesario colocar la maceta con la planta en un lugar iluminado, alimentarla, trasplantarla al menos una vez al año y proporcionar la humedad necesaria en el habitación.