Cada año, los jardineros utilizan césped cortado, paja y hojas como mantillo.
El acolchado es una práctica agrícola eficaz que ayuda a obtener una buena cosecha al menor coste.
Los jardineros no escatiman tiempo ni esfuerzo para fertilizar el suelo lo mejor posible y proteger las plantas de enfermedades y plagas. Pero estas técnicas no siempre funcionan y la culpa son errores imperdonables.
Muchos jardineros están acostumbrados a cubrir sus camas con una capa fina y luego se sorprenden de que no haya cosecha. Para que el mantillo funcione del todo, la capa debe ser de unos 5 cm.
Es necesario agregar mantillo periódicamente. El suelo necesita nutrición, sólo que en este caso te lo agradecerá con fertilidad.
Las plantas necesitan microelementos y el mejor fertilizante de potasio y fósforo es la ceniza de madera. Sin embargo, no es necesario quemarlo todo.
Puede cubrir el suelo con mantillo y obtener casi el mismo resultado que con la ceniza. Además, está la energía de la fertilidad, que se pierde cuando se quema.
Otro error que cometen los jardineros es aplicar mantillo en otoño y luego rastrillar y quemar el mantillo en primavera. Pero mucha gente olvida que el mantillo del año pasado está lleno de microorganismos beneficiosos.
En la primavera, simplemente puede retirar la cubierta de mantillo, plantar plántulas y cubrir nuevamente.