Cada vez más, los residentes de verano, para su pesar, notan que los inviernos no son tan nevados como solían ser.
Anastasia Kovrizhnykh, experta de la publicación online Belnovosti, agrónoma y paisajista, recuerda que es la nieve la que sirve a las plantas para protegerlas de la congelación.
Uno de esos cultivos que requiere una capa de nieve son las fresas.
Después de un invierno con poca nieve, las hojas de las fresas suelen volverse marrones o negras y, a veces, incluso se marchitan.
Para corregir la situación, tendrás que hacer un poco de esfuerzo.
Entonces, los residentes de verano que se encuentran en una situación similar no tienen prisa por desenterrar rosetas, sino que esperan la llegada de la primavera, porque con la llegada de los días cálidos los arbustos pueden recuperar el sentido.
Hasta que llegue la primavera, conviene recortar con tijeras todo lo que haya perdido su color habitual: deshacerse de los brotes negros y marrones y luego aflojar las hileras.
Y ahora lo más importante: la alimentación. Para fertilizar los lechos de fresas se utiliza superfosfato y infusión de ceniza (1 cucharada por cada 10 litros de agua caliente y dejar reposar un día). Puedes utilizar "Epin".
Para despertar los arbustos, puedes cubrirlos con spunbond (material blanco). De esta forma también los protegerás de los abrasadores rayos del sol.