Con el cuidado adecuado, incluso un manzano viejo le dará una ventaja a un árbol joven y quedará sembrado de frutas jugosas y fragantes.
Si una planta apenas florece o produce una cosecha, esto no significa que sea hora de deshacerse del árbol. Un procedimiento sencillo puede corregir la situación.
La edad de un árbol se puede determinar por el diámetro del tronco. Si supera los 20 cm, entonces estamos hablando de un manzano viejo.
El jardinero puede ayudar al árbol a concentrarse en la fructificación. Para ello es necesario podar dos veces al año.
Sin arrepentimiento, debe deshacerse de las ramas secas, enfermas, rotas y de las ramas que crecen en un ángulo agudo.
Trabajan con una podadora o sierra afilada, al mismo tiempo que inspeccionan el tronco del árbol. Quizás queden grietas en la corteza que quedan después del invierno. Es necesario cubrirlos con barniz de jardín u otro producto especial.
Si los crecimientos son pequeños, de unos 15 a 20 cm, entonces el árbol ha dejado de ser útil y requiere una poda radical. Los brotes de 50 a 70 cm de largo son un buen indicador. Con el cuidado adecuado, los manzanos crecen y dan frutos durante unos 70 años.