Hay plantas de las que es mejor mantener alejado el ajo, plantándolos en distintos extremos del jardín.
El ajo es un buen vecino de muchas verduras. Este cultivo desinfecta el suelo, reduciendo así el riesgo de desarrollar enfermedades fúngicas.
Sin embargo, hay plantas que no se llevan bien con el ajo. En este caso, ellos mismos mueren o intentan reprimir a un vecino desagradable.
Las legumbres, especialmente los guisantes y las judías, no se llevan bien con el ajo. Dada esa proximidad, estos cultivos se desarrollan mal y producen malas cosechas.
Si las cebollas se cultivan cerca para obtener verduras, tampoco se deben esperar excelentes resultados.
Pero la albahaca, la menta y otras hierbas tienen un efecto negativo sobre el ajo. Las plantas secretan aceites esenciales que inhiben el desarrollo del vegetal. En este caso, al ajo no le crecerán cabezas grandes.
Pero a los tomates les gustará la proximidad al ajo. Esta verdura protegerá los tomates de pulgones, arañas rojas, moscas blancas y reducirá la actividad del tizón tardío y la roya.