Muchos veraneantes preparan abono para aumentar sus posibilidades de obtener una gran cosecha.
Pero no todo el mundo sabe cómo gestionar más eficazmente este valioso recurso.
Existe una forma más saludable que simplemente esparcir abono por el jardín. Lo mejor es aplicar fertilizante directamente debajo de las plantas.
Antes de plantar, se preparan las camas. Haga ranuras del ancho de una pala y media de bayoneta (≈30-35 cm).
En ellos se coloca abono y luego se cubre con tierra. Se plantan plantas cerca. En poco tiempo, sus raíces llegarán al abono y recibirán nutrición.
El agua para riego se puede verter directamente sobre el área de abono. El proceso de fermentación se realizará bajo tierra y las plantaciones recibirán el dióxido de carbono que necesitan.
Con esta aplicación de compost se resuelven tres cuestiones clave a la vez. Las raíces de las plantas se mantienen calientes, tienen acceso a una nutrición abundante y tienen suficiente humedad. Se desarrollan plenamente, no enferman y la cosecha es mayor.