Los jardineros experimentados suelen utilizar este truco en invierno.
Pocas personas saben que arrojar nieve al invernadero es bastante beneficioso para el suelo.
Sin embargo, los jardineros afirman que tales acciones tienen sentido.
Aunque en invierno el invernadero esté vacío, todavía hay que cuidarlo.
Por ejemplo, quitar la nieve caída de la superficie del invernadero.
En invierno, el suelo en un invernadero se congela mucho más rápido que en un espacio abierto, porque cuando la nieve cae sobre el jardín, lo protege de la congelación, pero la nieve no entra en el invernadero, por lo que el suelo no está protegido por nada.
Debido a la congelación del suelo, todos los microorganismos beneficiosos y dañinos que contiene simplemente morirán.
Para evitar que esto suceda, los jardineros experimentados arrojan periódicamente nieve al invernadero, formando con ella una capa protectora de 20 a 30 cm.
Recuerda que la capa de nieve no se puede pisotear, debe estar suelta.
Con el inicio de la primavera, esta capa protectora simplemente se derretirá.
Como resultado, el suelo del invernadero se humedecerá y durante la siembra de las plántulas estará húmedo y nutritivo.