Crassula (crassula) es una de las plantas más sencillas que perdona mucho al jardinero y lo deleita con su belleza. Pero aún así, las hojas de Crassula a menudo se vuelven suaves y arrugadas.
A veces este es un fenómeno inofensivo y, a veces, es la primera señal de que la flor está al borde de la muerte. Para salvarlo, se deben tomar medidas a tiempo.
Sólo hay una razón para las hojas suaves y arrugadas: la falta de humedad. Este es un signo común de marchitamiento de las suculentas.
Pero debemos entender el motivo de la deficiencia de humedad. Después de todo, el suministro insuficiente de agua al aparato foliar puede deberse a varios factores.
La razón más inofensiva es el riego insuficiente. En varias fuentes puede encontrar información sobre con qué frecuencia y en qué cantidad se debe regar la planta grasa.
Algunas personas recomiendan un poco cada tres días, otras una vez al mes mucho y, a veces, una vez cada dos meses. Pero el problema es que no existe una recomendación universal.
Cada propietario debe determinar él mismo el esquema de riego, en función del tamaño de la maceta, el tamaño de la planta, la época del año y las condiciones de crecimiento.
Recuerde que Crassula tolerará fácilmente la sequía. Las hojas arrugadas se enderezarán rápidamente y se volverán elásticas una vez que la planta reciba suficiente agua.
El riego excesivo no sólo puede reducir el valor decorativo de una planta, sino también destruirla. Como todas las suculentas, Crassula no tolera el encharcamiento. Idealmente, la bola de tierra debería secarse a la mitad entre riegos.
Puedes comprobarlo con una brocheta de madera metiéndola en la olla. Si está medio mojada se puede regar la planta.
Con el anegamiento constante, el sistema de raíces se pudre y, por lo tanto, no puede absorber agua. Como resultado, se observa marchitamiento en las hojas.
En este caso, es necesario sacar la planta de la maceta, secarla o reemplazar parcialmente la bola de tierra. De lo contrario, la planta morirá.
No plantes una planta pequeña en una maceta demasiado grande. El sistema de raíces no podrá entrelazarse alrededor del terrón de tierra y absorber toda el agua. El agua en el suelo se acumulará y se “agria”, lo que provocará la pudrición de las raíces.
Si este es el problema, la Crassula se puede sacar de la maceta grande y trasplantarla a una más pequeña. Esto reducirá el riesgo de desarrollar procesos de putrefacción.
Después de una poda drástica, la planta sufre estrés, por lo que ralentiza todos los procesos, incluido el "suministro" de agua a las hojas.
Además, la humedad se evapora activamente de las heridas. En este caso, debes darle tiempo a Crassula para que se recupere. No se puede regar ni alimentar en exceso hasta que comience el crecimiento activo de nuevos brotes.
Además, la suavidad y las arrugas de las hojas pueden ser síntoma de plagas.
Examina las hojas con atención. Si encuentra pulgones, arañas rojas o cochinillas, trate la planta con cualquier insecticida.