Todo jardinero sabe que las grosellas necesitan poda en primavera, pero el asunto no se limita a esto.
Para que sus ojos se abran ante la abundancia de bayas y las ramas se estiren hasta el suelo bajo el peso, debe procesar adecuadamente las plantaciones.
Comienzan con la poda. Preste especial atención a los brotes viejos si no se eliminaron en el otoño.
De las grosellas negras se eliminan las ramas de tres y cuatro años que han sobrevivido al pico de fructificación. Ahora se desvanecerán y no debes contar con abundancia de frutos.
Las plagas se vuelven más activas en primavera. Algunos de ellos son capaces de reducir el volumen potencial de cosecha entre un 50-70% o incluso dejarlo sin él.
Los microorganismos patógenos también representan algún peligro. Para las enfermedades, las grosellas se rocían con una solución de sulfato de cobre. Cualquier insecticida puede utilizarse contra las plagas.
Se presta atención a la nutrición de los arbustos. En la etapa inicial, se necesita nitrógeno. Este macronutriente las convertirá en plantas verdes y sanas. Se añade estiércol o urea.
El énfasis pasa entonces al potasio y al fósforo. Estos macronutrientes juegan un papel clave en la fructificación. Puedes agregar ceniza de madera para cavar.