Los jardineros no tiran las hojas de té y el café usadas, sino que las recogen.
Los residuos del té y los posos del café son fertilizantes útiles para el suelo.
Los posos y las hojas de té usados deben secarse en un radiador, calcinarse en una sartén y recogerse en un recipiente, y en la primavera estos desechos deben usarse como un fertilizante eficaz.
Las hojas de té y el café contienen cafeína, un alcaloide vegetal que mata las plagas.
Al plantar plántulas, agregue hojas de té usadas, posos de café al fondo de la taza o colóquelos directamente en el suelo y las plantas no se enfermarán.
Los restos de café y té se añaden al abono; con el tiempo, todo se pudrirá y se convertirá en un valioso fertilizante para las plantas.
Se agregan té y café secos gota a gota a la capa superior de tierra. A medida que el fertilizante orgánico se descompone, saturará las plantas con nitrógeno y ayudará a que absorban rápidamente magnesio, potasio y fósforo del suelo.
El café y el té se utilizan como mantillo. Dichos productos protegerán las camas del crecimiento excesivo de malezas y saturarán el suelo con microelementos útiles.
El té puede secar la tierra, por lo que es necesario controlar la humedad del suelo y el café se agriará ligeramente. Por lo tanto, no está de más agregar ceniza como desoxidante si es necesario.