Las cebollas contienen muchos microelementos beneficiosos y también fortalecen el sistema inmunológico.
Todo jardinero quiere obtener una buena cosecha. Para hacer esto necesitas alimentar a la planta.
Los medios pueden ser diferentes, pero puedes utilizar los económicos que no sean menos efectivos.
Se necesita nitrógeno para evitar que las hojas se pongan amarillas.
La alimentación ocurre cuando la pluma verde de la cebolla crece entre 12 y 15 cm.
El fertilizante debe ser orgánico, entonces quedará mucha masa verde. Lo mejor es el gordolobo.
Debe llenarse con agua en una proporción de 1:10 y dejarse durante una semana. El fertilizante se aplica desde la raíz.
Una alternativa es utilizar excrementos de pájaros.
La concentración debe ser menor para no dañar el sistema de raíces de las plantas.
Para hacer esto, diluya el estiércol de pollo en agua en una proporción de 1:25 y déjelo en infusión durante 10 días.
Luego diluir con agua 1:10 y verter la solución sobre las plantas.
Para obtener bulbos más grandes, necesitarás fertilizantes minerales.
En el primer mes de verano, las cebollas necesitan más fósforo, sodio, calcio y boro.
Agregue de 60 a 70 gramos de superfosfato a 10 litros de agua caliente.
Para disolver eficazmente el fertilizante en los gránulos, deje la solución durante la noche.
Por la mañana, añade 30 gramos de cloruro de sodio y nitrato. El fertilizante ya preparado debe aplicarse desde la raíz.