A muchas flores les encanta este procedimiento, pero el ciclamen lo odia: esto es lo que puede destruir la violeta alpina.

13.01.2023 21:30

Al ciclamen le gusta plantear un problema difícil a los jardineros: la planta puede florecer, pero las hojas se vuelven amarillas y se secan.

La violeta alpina muestra dos signos contradictorios cuando sus dueños llevan a cabo su procedimiento poco querido.

En tales casos, el ciclamen se encuentra en dos estados: florece abundantemente y es fragante, y la masa verde se seca, lo que indica elocuentemente el problema.

La planta puede secarse debido a la fuerte luz solar. Esta no es razón para poner el ciclamen a la sombra.

A la flor le encanta la buena iluminación, pero la luz debe ser difusa. Son los abrasadores rayos del sol los que hacen que las hojas de la violeta alpina se sequen.

Ciclamen
Foto: Pixabay

Otro problema se relaciona con el riego. A muchas flores les encanta rociarlas; incluso un rocío ligero puede revivirlas.

Pero esta técnica no funciona con ciclamen y puede resultar perjudicial. La planta debe regarse estrictamente desde la raíz para que el agua no toque las hojas. Lo ideal es verter el líquido en una cacerola para que la humedad venga desde abajo y no desde arriba.

Autor: Dmitri Bobrovich editor de recursos de internet