Los pepinos obedecen las reglas de rotación de cultivos de la manera más activa, por lo que al elegir un lugar para plantarlos, es necesario recordar qué creció allí antes.
En este sentido, puede haber tres opciones desfavorables que conviene excluir de antemano. Estos son representantes de calabazas, tubérculos y bayas.
Esta familia incluye melones y sandías, calabacines y calabacines, calabazas y zapallos. Todos ellos son parientes del pepino, lo que significa que dejarán suelos pobres, plagas al acecho y, casi con seguridad, enfermedades.
De los tubérculos, este es el primer enemigo del pepino. Agota el suelo, que deberá prepararse con mucho cuidado para plantar pepinos. Para hacer esto, no estaría de más sembrar abono verde en el otoño, luego desenterrarlo y agregar estiércol.
Durante los tres años durante los cuales las fresas crecen en un lugar, el suelo se agota. Se aceptarán pepinos, pero no darán una buena cosecha.
Para proteger a los pepinos de problemas, tiene sentido plantar caléndulas junto a ellos, que repelerán las plagas.
El maíz protegerá el lecho del jardín de los fuertes vientos y corrientes de aire y, al mismo tiempo, de las enfermedades fúngicas.