La alcachofa de Jerusalén es la misma planta persistente que el rábano picante. Habiéndolo plantado una vez en el jardín, no será posible eliminarlo inmediatamente o pronto.
Ambas plantas se utilizan en la cocina y son famosas por sus propiedades beneficiosas. Pero una vez que empiezan a crecer, resulta bastante difícil controlarlos.
Muchos jardineros cultivan este cultivo no solo como verdura, sino también como ornamental. La alcachofa de Jerusalén crece bastante alta, lo que permite utilizarla en verano como seto. Pero cada año crecerá más y más, dejando de lado a otras plantas.
Una ventaja es que la planta no causa ningún otro daño y el suelo permanece listo para plantar otros cultivos.
Excavar la tierra después de que sea absolutamente inútil. La próxima primavera las raíces crecerán y la planta estará en su lugar.
1. Si decide excavar, deberá hacerlo a fondo y con regularidad. Al mismo tiempo, es necesario seleccionar cuidadosamente las raíces y los tubérculos; esto es muy largo y tedioso, pero de lo contrario no se puede derrotar a la planta.
2. Entre excavaciones, se debe cubrir el suelo para evitar que penetre la luz del sol. Es mejor utilizar una película opaca negra, fieltro para techos o linóleo. El refugio se deja de otoño a primavera.
3. Y si las dos primeras opciones no han ayudado, o no hay tiempo para esperar, entonces la única opción es el tratamiento con herbicidas, por ejemplo, Roundup.
Si desea dejar un par de raíces, el lugar de plantación deberá cercarse excavando pizarra u otro material en el suelo hasta una profundidad de un metro. De esta manera las raíces de la alcachofa de Jerusalén definitivamente no crecerán.