En febrero, todos los jardineros plantan plántulas de pimiento.
Después de un corto período de tiempo, después de la germinación, vale la pena alimentar las plántulas.
La primera alimentación se realiza cuando aparecen tres hojas (disolver tres cucharaditas de urea y 2,5 gramos de humato de potasio en 1000 ml).
La segunda vez, 21 días después de la primera, y la tercera, tres días antes del trasplante a un lugar de crecimiento permanente.
Para que las plántulas crezcan fuertes y tengan un tallo grueso, conviene aplicar aderezo de raíces y hojas con infusión de cebolla una vez a la semana.
Infusionar un par de puñados de pieles de cebolla en 3 litros de agua. Tal alimentación no traerá daño, solo beneficio.