Basta corregir un matiz relacionado con las condiciones de mantenimiento y la hortensia de interior volverá a cobrar vida.
Incluso un florista novato puede hacer frente a la tarea. La peculiaridad de esta planta es que reacciona bruscamente ante cualquier cambio negativo en el medio ambiente.
Si las hojas de hortensia comienzan a ponerse negras, debes prestar atención a un matiz: ¿están secas o mojadas?
En el primer caso, hablamos de una simple quemadura solar. Si están crudos, entonces el problema es diferente.
Si hay una hortensia mojada, fláccida y ennegrecida en la ventana, significa que la planta está fría. Estos signos son consecuencia de una corriente de aire o de que la temperatura ambiente es baja.
Algunos jardineros confunden estos síntomas con falta de humedad. Comienzan a regar abundantemente la planta, pero solo la empeoran. La hortensia comienza a pudrirse lentamente y llega el punto en que ya sólo queda tirar el tronco marchito.
Además, en este caso no se puede descartar la posibilidad de una enfermedad fúngica en la flor. Debe examinar cuidadosamente la hortensia e intentar trasplantarla a tierra y maceta nuevas lo más rápido posible.