Conozca los secretos que le ayudarán a cultivar remolachas dulces y sabrosas.
Para crecer bien, es necesario conocer todas las complejidades de este proceso.
Cultive tubérculos en suelos bien nutridos, preferiblemente con fertilizantes orgánicos.
No plante remolachas muy apretadas, mantenga una distancia de 15 cm.
Después de los primeros brotes, adelgace las plantaciones.
Riega las camas a tiempo.
Durante el crecimiento, no alimente las remolachas con estiércol, ya que libera nitrógeno y hace crecer el verdor, no la fruta, lo que la vuelve pálida y amarga.
El pH para el cultivo debe ser de 6,5 a 7,5. Agregue cenizas y cáscaras de huevo al suelo ácido y plante altramuces antes de plantar.
Agregue excrementos de pájaros, turba, sulfatos, superfosfatos e hidrogenofosfato de amonio al suelo alcalino. Antes de plantar remolacha, plante semillas de mostaza.
Tres semanas después del adelgazamiento, llene las remolachas con esta mezcla: disuelva 30 gramos de sal y 400 gramos de ceniza de madera en 10 litros de agua.
Al mismo tiempo, rellene las remolachas con boro, disuelva 10 g de ácido bórico en 10 litros de agua.