Mucha gente se pregunta sobre su bienestar y por qué es tan malo. Desafortunadamente, la respuesta a esta pregunta se puede buscar durante muchos años y no encontrarla.
El problema de la pobreza es tan apremiante que los científicos serios se han quedado perplejos ante la búsqueda de una respuesta.
Durante muchos años se ha analizado la relación de varias categorías de personas con el dinero y se han descubierto conexiones claras entre el éxito de una persona y sus hábitos.
La gran mayoría de los ricos hacen todo lo posible para tener no una, sino varias fuentes de ingresos. Entienden perfectamente que siempre ganarás más en dos lugares que en uno, por eso trabajan en varios lugares.
La aparición de fondos adicionales permite realizar cualquier inversión o, por ejemplo, invertir en salud o educación, lo que naturalmente conduce a un aumento de los ingresos.
A su vez, la mayoría de los pobres prefieren participar en loterías, apostar en deportes o jugar al póquer. Y aunque este indicador, a primera vista, no parece decisivo, esta situación es bastante engañosa.
El dinero se gasta en la oportunidad de recibir dinero sin ningún esfuerzo.
Aunque si cuenta los fondos que se gastan en estos intentos inútiles de enriquecerse, después de un año encontrará que se ha acumulado una cantidad bastante decente en su cuenta.
Es bastante interesante que un gran número de personas adineradas lean literatura especializada relacionada con su carrera.
Por cierto, los pobres generalmente leen menos y, si leen, es principalmente literatura de entretenimiento. Esto, por supuesto, no es malo, pero no afecta el aumento de ingresos.
Los ricos, a diferencia de los pobres, rara vez compran cosas caras.
Por ejemplo, una persona pobre bien puede comprar un teléfono caro que no puede pagar a crédito. Entonces, por supuesto, se negará todo para pagar este préstamo y, además del coste del teléfono, también pagará los intereses del préstamo.
Antes de comprar algo, una persona rica pensará en la posibilidad de pagarlo.
Los ricos, en su mayor parte, controlan estrictamente su presupuesto. Ellos deciden de antemano cuánto y en qué gastarán. La pregunta dolorosamente familiar para los ciudadanos pobres sobre adónde fue a parar el dinero no se les plantea.
Un porcentaje muy pequeño de los pobres intenta ahorrar al menos el 10% de sus ingresos. Estas cantidades les parecen tan insignificantes que no merece la pena prestarles atención.
Algunos pueden argumentar que les resulta completamente imposible vivir sin estas pequeñas cantidades.
A esto podemos decir que no importa cuán pequeños sean los fondos que se reserven, todavía aparecerán algunos ahorros. Y sin el 10% de los ingresos, por pequeños que sean, es muy posible vivir.
La gran mayoría de los ricos ahorra constantemente. Por tanto, podemos decir que aportaciones pequeñas pero periódicas le ayudarán a salir del atolladero de la pobreza.
Anteriormente, el empresario, empresario, director de medios y experto en medios Vitaly Kisterny contó cómo convertirse en un buen líder.