Casi todas las personas han comenzado al menos una vez a ahorrar su propio dinero. Sólo algunas personas se vuelven ricas después de esto, mientras que otras continúan viviendo en la pobreza, aunque ahorran una parte importante de su dinero.
¿Por qué sucede esto? ¿Y cómo ahorrar correctamente para hacerse rico?
¿Vale la pena ahorrar buscando bienes y servicios baratos?
Una persona con mentalidad pobre siempre busca bienes o servicios más baratos. Sin embargo, estos ahorros casi siempre llevan a la persona a gastos adicionales.
Entonces, por ejemplo, los zapatos baratos se desgastan rápidamente y se frotan los pies, por lo que una persona tiene que comprarlos nuevamente, comprar tiritas y ungüentos especiales que ayudarán a aliviar el dolor de las lesiones, etc.
Una persona rica preferiría gastar dinero en zapatos caros y de alta calidad que le serán útiles durante varias temporadas que comprar constantemente zapatos nuevos pero baratos. Como resultado, gastará más dinero en zapatos baratos que si comprara un par caro una vez.
Un hombre rico entiende por qué paga mucho dinero, por lo que no escatima en gastos.
Dichos ahorros son futuros, ya que no se producen en un periodo de tiempo determinado, sino para el futuro. De esta forma ahorran los ricos, que, ante todo, pagan por la calidad y no miran un precio más bajo.
En consecuencia, si el producto es de alta calidad por un precio reducido (por ejemplo, hay un gran descuento en la tienda), entonces puede comprarlo a ese precio.
Los pobres aceptarán fácilmente comprar bienes a un precio inflado para mostrar su estatus a quienes los rodean. Este es el caso cuando una persona saca un iPhone a crédito para mostrar a todos su estado, pero luego solo come pasta barata o fideos instantáneos.
En primer lugar, deberías dejar de buscar los bienes y servicios más baratos. Es mejor dedicar este tiempo a buscar nuevas fuentes de ingresos, que serán suficientes para comprar cosas de calidad, pero por una cantidad más cara.
En segundo lugar, a veces los ahorros son injustificados, por lo que vale la pena evaluar con seriedad cada una de esas situaciones.
Por ejemplo, una persona quiere comprar algún producto más barato. Está a la venta al otro lado de la ciudad, donde tendrás que ir en transporte público o caminando.
Afuera hace mal tiempo, por lo que una persona decide ir a buscar el artículo deseado. Como resultado, el dinero que gasta en viajes puede aumentar el gasto financiero total de una determinada compra.
Como resultado, sería más fácil comprar este producto en la tienda más cercana, aunque un poco más caro. Pero no tendría que perder tiempo y nervios en ahorros imaginarios.
Por supuesto, a veces puedes ahorrar dinero. Por ejemplo, puedes pasar más tiempo que otras personas sin cambiar una máquina que cumple perfectamente las funciones indicadas. Vale la pena considerar cada situación financiera por separado para comprender si vale la pena el dinero gastado o si es mejor ahorrar en este caso.
Así, los ahorros de los ricos suelen ser prometedores, ya que en un determinado período de tiempo no ahorran dinero, sino que gastan tanto como consideran un precio justo. Por tanto, su calidad de vida es superior a la de las personas con mal pensamiento.
Anteriormente escribimos sobre las 3 reglas de los ricos .