Si pintas las paredes de la habitación de blanco e instalas los muebles adecuados, la habitación se transformará.
Aparecerá una atmósfera de limpieza, aparecerá una sensación de amplitud.
Pero muchas personas tienen miedo de que el interior sea completamente blanco, porque este color está asociado con el aburrimiento y la tristeza.
Sin embargo, Yulia Tychino, experta en diseño e interiores de la publicación online BelNovosti, asegura que aun así vale la pena correr el riesgo. Además, existen dos trucos que harán que una habitación blanca sea más bonita y luminosa.
Al crear un interior "limpio", no es necesario utilizar el color blanco "esterilizado".
Tiene sentido utilizar algún color cercano al anterior. Por ejemplo, crema, porcelana o marfil.
En otras palabras, debes agregar muy poco amarillo a la pintura blanca. Como resultado, el color se volverá más cálido y la habitación no lucirá aburrida.
Es una estupidez esforzarse por garantizar que absolutamente todo en la habitación sea blanco.
Este color sólo debe ser un color de fondo. Y algunos detalles pueden ser brillantes.
Por ejemplo, una manta roja o figuritas de color naranja te serán de gran utilidad.