Mucha gente está segura: cuanto más baja sea la cama, mejor para un dormitorio pequeño.
Parecería que esta afirmación es absolutamente lógica: los muebles bajos ocupan poco espacio, lo que hace que la habitación sea más espaciosa.
Sin embargo, Yulia Tychino, experta en diseño e interiorismo de la publicación BelNovosti, recomienda instalar una cama de al menos 80 centímetros de altura en el dormitorio.
Un artículo de este tipo tiene varias ventajas sobre los muebles compactos.
Sí, sí, no te sorprendas. La ampliación visual de la habitación se ve facilitada por la instalación de una cama alta.
Y esto se explica de forma muy sencilla: el espacioso espacio debajo de la cama se puede utilizar como lugar para guardar diversas cosas (incluso las más voluminosas).
Como resultado, será posible quitar armarios, cómodas y muchos otros muebles del dormitorio. Habrá mucho más espacio libre. La habitación será más espaciosa y cómoda.
En la cama alta es fácil sentarse y tumbarse. Además, no hay problemas a la hora de ponerse de pie.
Y esto es muy importante para las personas mayores y para quienes tienen problemas de espalda.
Cuanto más alta es la cama, más lejos está el suelo de la persona que duerme.
No olvide que el revestimiento del suelo no siempre está limpio. Si la superficie tiene polvo, pequeñas partículas pueden entrar en la cara de una persona.
Pero esto sucede si los muebles son bajos. Sentarse en una cama alta es una forma de protegerse del polvo.