Un baño es impensable sin espejo, y algunos incluso consiguen colgar varios de ellos. Pero la cantidad no resuelve los problemas.
Te contamos qué criterios hay que tener en cuenta antes de elegir un espejo para el baño. Además de la forma y el tamaño, no hay puntos menos importantes.
Para no perseguir las tendencias de la moda, debes optar por modelos clásicos: redondos, rectangulares o cuadrados. Pero se cree que los modelos redondos lucen más armoniosos.
La pauta debe ser el tamaño del área sobre el lavabo si el espejo se colgará allí, o las imágenes del baño si planeas colocar el lienzo en otro lugar.
No todo el mundo sabe que los espejos temen a la humedad. Por eso, para el baño se utiliza un revestimiento especial que es más resistente a un ambiente húmedo. Un espejo de baño normal pronto se volverá opaco.
Los hay de plata (más resistente a daños mecánicos), aluminio (más barato, pero pierde rápidamente sus propiedades), revestimiento de titanio (el más duradero).
Esto no es sólo un mueble, sino también un elemento funcional. Puede estar equipado con calefacción (antiempañante) o tener efecto lupa, así como contar con soluciones tecnológicas más avanzadas.
En los tiempos modernos esto ya no es un lujo. Un espejo de baño iluminado es un accesorio práctico. Útil a la hora de maquillarse o afeitarse.
El modelo debe estar en armonía con el concepto general de la habitación en cuanto a forma, etc.
Si el baño no mide más de 4 metros, un espejo encima del lavabo será suficiente. En otros casos, ya puedes mostrar tu imaginación y colocar otro lienzo, por ejemplo, en la ducha.