Imaginemos un poco e imaginemos que compró un trozo de carne deliciosa, se abasteció de mantequilla y especias y se preparó un bistec jugoso y abundante para el almuerzo o la cena.
Después de una comida así, cualquiera empezará a sentir sueño, ¿no?
Una de las razones que explica que la carne roja provoque somnolencia es la composición del producto, rico en grasas y proteínas.
Debido a que nuestro cuerpo necesita mucha energía para digerir dichos alimentos, podemos sentirnos cansados y letárgicos.
Pero no debes dejarte llevar por este sentimiento: ni se te ocurra comer carne roja antes de acostarte.
Este refrigerio nocturno puede provocar problemas de sueño debido a que el sistema digestivo activo no favorece un estado de calma y puede provocar una alteración del reloj biológico natural del cuerpo, apnea del sueño y reflujo ácido.
La carne roja también contiene aminoácidos como el triptófano y la tirosina, los llamados “precursores” de la serotonina, la dopamina y la melatonina, que a su vez se encargan de regular el reloj biológico y provocar somnolencia.
Si bien comer carne roja puede provocar sueño, investigaciones recientes sugieren que también puede reducir la duración y la calidad del sueño.
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