Estamos acostumbrados a tomar té con azúcar y no entendemos por qué en algunos países esta bebida se consume con sal.
Por ejemplo, los monjes del Tíbet hacen esto, y con razón, porque es muy útil.
Este té ayuda a mantener un equilibrio óptimo entre agua y sal, calienta en climas fríos y enfría en climas cálidos.
Esta bebida también normaliza el funcionamiento del tracto gastrointestinal, limpia el organismo de desechos y toxinas y favorece la pérdida de peso.
Además, el té con sal ayuda a recuperar las fuerzas y fortalecer el sistema inmunológico.
Para obtener los máximos beneficios, es necesario beber té con sal por la mañana.
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