El tul no solo puede ensuciarse con el contacto con las manos sucias, sino que también puede volverse amarillo con el tiempo o volverse gris al lavarse.
A pesar de ello, se puede lavar, o mejor dicho blanquear, sin mucha dificultad ni lejía dañina. Este método también lo practicaban las amas de casa soviéticas.
El producto cuesta unos pocos centavos, pero no funciona peor que los costosos productos químicos domésticos.
1. En primer lugar, debes lavar las cortinas en agua fría y con un detergente en polvo normal.
Si lavas con agua caliente, la grasa y la suciedad se absorberán aún más en el material.
2. Después del lavado, agregue 5 cucharadas de sal común en un recipiente con tres litros de agua tibia limpia.
Remojar el tul lavado en esta solución y dejar actuar 2 horas.
Dicen que la sal ayuda a blanquear las telas que se han vuelto amarillas o grises por el lavado.
3. Después del blanqueo, prepare una solución de vinagre al 9% (2 cucharadas por cada 3 litros de agua tibia) y enjuague las cortinas con ella.
El último procedimiento eliminará los restos de grasa y dejará la tela brillante, brillante y cristalina.