¿Tu sartén favorita está cubierta de manchas rojas? No te apresures a decirle adiós.
Los utensilios de cocina de hierro fundido sobrevivirán incluso a la corrosión grave si conoces los secretos de la “reanimación”.
El lavavajillas se encargará del óxido fresco causado por la humedad. Pase la sartén por el ciclo de lavado intensivo 2 o 3 veces seguidas.
Importante: este método sólo es adecuado para corrosión superficial. El uso frecuente del lavavajillas destruye la capa protectora del hierro fundido: utilice esta opción en casos extremos.
El horno convertirá el tinte rojizo en ceniza. Lave la sartén, séquela bien y colóquela en un armario frío. Activa el modo de autolimpieza o configúralo a 150 °C.
Pasados 30 minutos, retira la vajilla, déjala enfriar y lávala con esponja y detergente. También son adecuados los hornos antiguos sin programas automáticos, lo principal es no exceder la temperatura.
La corrosión antigua teme a la sosa y al agua hirviendo. Llene una cacerola esmaltada hasta tres cuartas partes con agua, agregue 200 g de bicarbonato de sodio. Coloque la cacerola dentro de la olla y cocine a fuego lento durante 8-10 horas, agregando agua a medida que se evapora.
Después del procedimiento, limpie la superficie con un cepillo duro: el óxido saldrá en capas.
Después de cualquier limpieza, calentar la plancha de hierro en la estufa, engrasarla con aceite vegetal y dejarla reposar durante 1-2 horas. Esto restaurará la capa antiadherente y protegerá contra daños mayores.
Siga las instrucciones y su sartén sobrevivirá incluso a los casos más avanzados de corrosión.