Sin entrar en detalles y en términos sencillos, este fenómeno se puede explicar por la composición del tejido.
Cuantas más fibras sintéticas haya en el material, mayores serán las posibilidades de que el cabello se electrifique y las cosas se peguen entre sí.
Si a esto le sumamos el aire secado mediante dispositivos de calefacción, se garantiza una carga de electricidad estática.
Para evitar que cosas se peguen a tu cuerpo y te pongan los pelos de punta, toma medidas preventivas.
Es poco probable que puedas cambiar todo tu guardarropa por lana, algodón y lino en invierno, pero hay algunas cosas que puedes hacer.
Si no tienes nada a mano, moja tus manos con agua y limpia la parte de atrás de tu ropa. Puedes utilizar toallitas húmedas con el mismo efecto.
Una pieza de metal ayudará a aliviar el estrés. Por eso mucha gente lleva un pin rayado, o quizá más de uno.
Cuando guardes ropa sintética en tu armario, cuélgala en una percha de metal.
Al lavar, puede utilizar productos especiales para minimizar el efecto desagradable.
Pero los análogos populares funcionan igual de bien: vinagre o jugo de limón, jabón para lavar, bicarbonato de sodio y sal.
Y después del lavado, se recomienda secar los sintéticos en el balcón o en un área bien ventilada.