El ácido cítrico es una sustancia orgánica que se utiliza en el cuidado de las plantas de interior.
Muchos jardineros utilizan con éxito esta sustancia para mantener la salud de sus mascotas verdes, especialmente aquellas que prefieren suelos ácidos.
El uso de ácido cítrico requiere especial atención a la concentración de la solución. La proporción es de una cucharadita por litro de agua.
La solución debe prepararse inmediatamente antes de su uso para conservar sus propiedades beneficiosas. Se recomienda utilizar agua acidificada no más de una vez al mes.
Azalea es considerada una reconocida amante de los suelos ácidos. El uso regular de agua acidificada favorece una absorción más eficiente de los nutrientes por parte de la planta y asegura una floración abundante.
La hortensia también responde bien al riego con una solución de ácido cítrico, lo que hace que las flores cambien de color a azul.
Antes de usar la solución, pruebe en un área pequeña de la planta. Es importante observar la reacción de la flor durante varios días.
Los signos de sobredosis incluyen coloración amarillenta de las hojas y crecimiento lento. Si aparecen síntomas negativos, debe dejar de usar la solución inmediatamente.
El ácido cítrico favorece una mejor absorción del hierro por las plantas. El uso de la solución ayuda a prevenir la clorosis de las hojas y fortalecer la inmunidad de las flores.
El agua acidificada también tiene un efecto beneficioso sobre el desarrollo del sistema radicular y activa los procesos de crecimiento.
Las plantas pertenecientes al grupo de las suculentas y los cactus son sensibles a los altos niveles de acidez del suelo.
Las violetas requieren una concentración mínima de solución, cuyo exceso puede provocar la muerte de la planta.
Las orquídeas requieren especial cuidado al utilizar ácido cítrico, ya que el exceso de acidez puede dañar las delicadas raíces.
Una mezcla que contiene ácido cítrico le permite eliminar eficazmente los depósitos de cal de la superficie de las hojas de las plantas.
La pulverización regular ayuda a limpiar la superficie de las sales del agua dura. El agua acidificada también previene el desarrollo de microorganismos patógenos en el suelo.