Algunas amas de casa experimentadas ponen periódicamente azúcar en el frigorífico.
¿Pero por qué? ¿Por el bien del producto en sí?
¡Por supuesto que no! El azúcar no es adecuado para almacenar en un refrigerador, ya que se moja rápidamente y pierde sus propiedades gustativas positivas.
¿Por qué entonces almacenar un producto dulce a granel a bajas temperaturas?
La respuesta es sencilla: por el bien del frigorífico y de los alimentos almacenados en él.
Coloca un par de terrones de azúcar en uno de los estantes del frigorífico.
Si no tienes azúcar refinada, coge un platillo, vierte en él unas cucharaditas de azúcar granulada y deja el plato en el estante del frigorífico.
Espere 24 horas y abra el dispositivo. Inmediatamente comprenderá que se ha logrado un resultado importante: ya no hay olor desagradable.
El caso es que el azúcar elimina perfectamente el hedor.
El producto también absorbe bien la humedad. Gracias a los terrones de azúcar se reduce el nivel de humedad en el frigorífico, lo que ayuda a mantener la frescura de los alimentos almacenados durante mucho tiempo.
Por supuesto, el azúcar que ha hecho su trabajo como “absorbente” de olores y humedad hay que tirarlo. No se puede utilizar.