Un ramo fresco agrada la vista, llena la casa de aroma y crea una atmósfera especial.
Sin embargo, las flores cortadas pierden rápidamente su atractivo.
Existe una forma sencilla de prolongar su vida utilizando ácido cítrico normal.
El ácido cítrico es un conservante natural que previene el crecimiento de bacterias en el agua.
Cuando se agrega a un jarrón, promueve una mejor absorción de nutrientes por parte de la planta y mantiene un nivel óptimo de acidez.
Gracias a estas propiedades, las flores permanecen frescas y brillantes por más tiempo.
Para lograr el máximo efecto, es importante mantener las proporciones. Un cuarto de cucharadita de ácido cítrico es suficiente para un litro de agua.
Exceder la concentración puede dañar las plantas, provocando quemaduras en los tallos y marchitez prematura.
El agua con ácido cítrico se debe cambiar cada 2-3 días.
Antes de llenar el jarrón con agua nueva, debes recortar los tallos en un ángulo de 45 grados.
Este enfoque asegura un mejor suministro de agua a la flor. La temperatura del agua debe ser la temperatura ambiente; no es aconsejable el uso de agua fría o caliente.
El ácido cítrico es adecuado para la mayoría de las flores cortadas: rosas, tulipanes, claveles, crisantemos.
Sin embargo, algunas plantas, como los lirios, no responden bien a un ambiente ácido. Para ellos, es mejor utilizar agua limpia común o productos especiales.
Para potenciar el efecto, puedes añadir un poco de azúcar al agua. Una cucharada es suficiente para un litro de agua. El azúcar sirve como fuente de nutrición para las plantas.
Es importante colocar el jarrón con flores en un lugar donde no haya luz solar directa, corrientes de aire y frutas que emitan gas etileno. Este gas acelera el marchitamiento de las flores.
Un error común es utilizar ácido cítrico en altas concentraciones.
Tampoco es deseable guardar el ramo en un jarrón sin lavar u olvidarse de cambiar el agua con regularidad. Seguir reglas simples ayudará a mantener las flores frescas por mucho más tiempo.