En muchos sentidos, el sabor, así como la estructura de los productos alimenticios, dependen del método de almacenamiento y descongelación antes del consumo.
Para que la carne, el pescado o las verduras y frutas no pierdan sus propiedades, debes seguir unas sencillas reglas.
Es decir, no basta con sacar el producto del congelador y dejarlo un par de horas.
Y el microondas o la inmersión en agua no siempre ayudarán. No olvides que cada producto requiere su propio enfoque.
Tardaremos unas 5 horas en descongelarlos a temperatura ambiente o en el frigorífico (según volumen).
No se recomienda descongelar con agua corriente, de lo contrario estos productos perderán todas sus propiedades.
Para las verduras, se recomienda realizar el proceso de descongelación en agua hirviendo con sal (varios minutos).
En el caso de las frutas, personas experimentadas en esta materia aconsejan colocarlas en un recipiente y dejarlas en el frigorífico durante un día.
Se recomienda descongelar en frigorífico o a temperatura ambiente, sin embalaje.
Si tenéis prisa, el horno servirá, pero a muy baja temperatura. En este caso, debe haber un recipiente con agua caliente en el fondo del horno.
Personas experimentadas aconsejan mantenerlos al fuego hasta que se derritan.
Tenga en cuenta: estos productos deben calentarse completamente, revolviendo ocasionalmente.