Incluso si confía en la calidad del tul que está comprando, esto no significa que con los años de uso no cambiará su color blanco como la nieve a un tinte gris amarillento.
Si se enfrenta a un problema similar y está buscando formas de devolver la limpieza a sus cortinas, utilice los secretos profesionales para el cuidado del tul de este artículo.
Un paso obligatorio en la limpieza del tul es remojarlo. Para ello sólo necesitas agua fría, sin añadir detergentes.
Es necesario remojar para eliminar el polvo depositado en la superficie del tul.
Deje las cortinas en un recipiente con agua durante varias horas para lograr resultados óptimos.
Por supuesto, la forma más sencilla es lavar el tul en una lavadora. Lo principal es elegir la temperatura del agua adecuada. No debe exceder los 30 grados.
Gracias a este suave régimen podrás eliminar eficazmente las manchas más persistentes sin dañar la delicada estructura del tul.
La mejor opción es el secado natural al aire libre, donde no haya luz solar directa que pueda provocar el amarilleo de la tela.
Si el clima no te permite secar el tul al aire libre, elige un área bien ventilada.
Pero es mejor evitar utilizar los servicios de secadoras, ya que las altas temperaturas y la tensión mecánica pueden dañar la delicada estructura del tul.