Resulta que para comprender cuán generosos son los dueños de la casa, vale la pena prestar atención a un par de pequeños detalles.
Es poco probable que las personas adineradas utilicen ropa de cama variada: si al menos una "parte" del juego falla, un ama de casa que no tenga poco dinero la cambiará por completo.
Por muy ahorrativa que fuera el ama de casa, los platos con patatas fritas o rajadas siempre se consideraban de mala educación tanto entre los pobres como entre los ricos.
Una excepción puede ser una taza o un jarrón favorito, heredado de una abuela y querido como recuerdo, pero esas cosas definitivamente no deben exhibirse.
Las amas de casa adineradas nunca escatiman en productos químicos domésticos: saben que una tacañería excesiva puede tener consecuencias graves.
El hecho es que los productos de limpieza baratos pueden afectar negativamente el estado de equipos y muebles costosos, así como la salud de los residentes, ya que algunos de ellos contienen componentes peligrosos.