Según el estado del fregadero de la cocina, se puede concluir qué tan bien el ama de casa hace frente a sus responsabilidades.
Si quieres que tu fregadero siempre brille y tu cocina deleite a los invitados con su limpieza, utiliza este truco de harina.
La harina es un limpiador natural que elimina de forma suave y eficaz las manchas del acero inoxidable.
No raya las superficies y desengrasa, además pule delicadamente el acero.
Aunque creas que limpiar tu fregadero con harina es una mala idea, no tienes absolutamente nada que perder si decides probar la eficacia de la técnica en tu propia cocina.
1. En primer lugar, lava el fregadero con el mismo producto que utilizas para lavar los platos.
2. Asegúrese de enjuagar el fregadero con agua para eliminar los restos de productos químicos domésticos y luego use una toalla textil o de papel para secar la superficie a limpiar.
3. Esparza la harina uniformemente sobre el fregadero; dos cucharadas son suficientes.
4. Después de esto, frote bien el fregadero con una toalla desechable o una esponja dura, realizando movimientos circulares. Es mejor limpiar las zonas cercanas a desagües y grifos con un cepillo de dientes viejo.
5. Solo queda recoger la masa grisácea y sucia en la que se ha convertido la harina y tirarla a la basura, tras lo cual se debe enjuagar el fregadero con agua y secar las gotas de agua.