Los plátanos no crecen en nuestro clima, lo que significa que tienen que recorrer un largo camino para llegar a los estantes de las tiendas. Por este motivo, se suelen recoger de los árboles los plátanos verdes, que maduran lentamente y se mantienen frescos durante mucho tiempo. Por lo tanto, después de la compra, comienzan a oscurecerse rápidamente.
Los plátanos, de color amarillo brillante con la piel cubierta de pequeñas manchas oscuras, son la fruta más madura que puedes encontrar en la tienda.
Tienen un sabor más dulce, pero a la hora de elegirlos recuerda que tienen una vida útil corta y habrá que desecharlos al cabo de 1-2 días.
La fruta demasiado madura es ideal como ingrediente para batidos, postres, pasteles o incluso como aderezo para avena.
Curiosamente, los plátanos maduros contienen la mayor cantidad de antioxidantes, lo que los hace extremadamente beneficiosos.
El oscurecimiento de la piel del plátano se debe a que la fruta libera etileno, una hormona vegetal que estimula la maduración. Este es un fenómeno natural y seguro para los humanos.
Para mantener las frutas frescas por más tiempo, guárdelas correctamente, preferiblemente en un lugar seco, sombreado y ventilado.
Es importante tener en cuenta que es mejor almacenar los plátanos a temperatura ambiente. No se recomienda guardarlos en el frigorífico, ya que pierden vitaminas y se oscurecen más rápido al sacarlos.
Puedes utilizar un método sencillo y eficaz. Simplemente envuelva bien la punta de la fruta en una película adhesiva, lo que ralentiza la producción de etileno.
Gracias a esto, podrás prolongar la frescura de los plátanos hasta 5-6 días. También se recomienda almacenar los plátanos por separado de otras frutas maduras que también producen etileno.